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SEGUNDA VUELTA, MAL MENOR.

Publicado: 2011-04-11

Como escribió el periodista Marco Sifuentes, en su blog El Útero de Marita: "no han ganado los ignorantes: han ganado los ignorados". Nada más acertado, pues la mayor parte de la población, que no siente que este modelo político y social los beneficie, se ha decidido por dos candidatos que representan, de un lado, opciones autoritarias y dictatoriales en lo político y de otro lado, un viraje al modelo económico (en este caso, o hacia el populismo del lado de Keiko, o hacia estatismo del lado de Ollanta).

Confieso que me enferma una segunda vuelta entre Ollanta y Keiko, pues son claras opciones autoritarias y posiblemente dictatoriales, mas en la comparación, sale ganando Ollanta (tómese en cuenta que el poder judicial peruano ha exculpado a Ollanta de cualquier cargo, mientras que aún mantiene investigaciones judiciales sobre Keiko).

Del líder de Gana Perú se puede decir muchas cosas, pero, en estos momentos, no tiene procesos judiciales de ningún tipo, por lo que difícilmente se le puede acusar de corruptelas o crímenes (el poder judicial que exculpo a Ollanta por Madre Mía, es el mismo que sentencio a Fujimori por corrupción y crímenes, así que no se le puede desconocer en un caso y reconocérsele en el otro).

Keiko por su parte, ya dijo que su padre es inocente y es claro que si llega al poder, toda la gavilla de delincuentes y criminales que rodearon a su padre, volverá al poder (recibirán indulto todas y todos los que se hallan en prisión y las y los prófugos regresaran y serán exculpados).

Quienes alegan que Keiko no nos hará retroceder y salvara el crecimiento económico, olvidan, por mala memoria o por conveniencia, que las políticas de corrupción de Fujimori llevaron al país, a una atroz recesión económica de la que el Perú apenas pudo salir, tras varios años de crisis (recién bajo el gobierno de Toledo). Además, resulta bastante esquizofrénico que se diga, que se quiere salvar la billetera, entregándosela a la banda de delincuentes que subirían con Fuerza 2011.

Claro está en que no soy de los que creen en los sueños opiáceos, de que Ollanta es siquiera una oportunidad de justicia e igualdad, pues soy de los que considera que el candidato de Gana Perú no es un demócrata. Ollanta ha demostrado, repetidamente, ser patriarcal, autoritario, vertical, militarista y estoy convencido de que todo su gobierno se manejara en esas coordenadas.

En tal sentido, la historia de la sociedad contemporánea a demostrado en más de una ocasión, que las reformas impulsadas por personalísimos gobiernos patriarcales, autoritarios, verticales o militaristas, nunca se han asentado y perdurado en el tiempo. Los cambios y transformaciones sociales, de largo aliento, nunca han procedido a partir de la imposición de un gobernante. Es más, todos los proyectos autocráticos devinieron en estrepitosos fracasos (sin ir muy lejos, los cambios propulsados bajo la dictadura de Velasco, no pasaron de ser simples paliativos y al final del docenio militar, solo cundía la crisis económica).

Entre el probable estancamiento social y económico que llegaría con Ollanta y la segura bancarrota moral que llegaría con Keiko, prefiero lo primero, ya que de la “debacle” económica nos podemos reponer (siempre lo hemos hecho), pero de la ruina ética y moral no nos salva nadie (las y los fujimoristas siguen sosteniendo que la dictadura del chino fue lo mejor que le pudo suceder al Perú y entre terminar pensando como ellas y ellos [que todo es licito con tal de llenar la billetera] o tener que soportar una dictadura como la de Velasco, la cuestión es más que clara, prefiero un nuevo velascato).

En esta disyuntiva no hay mucho de donde elegir, así que les repito lo que les comente a tres amigos del facebook, con la nariz tapada y haciendo arcadas, votare por Ollanta.

¿Y si pasa PPK?

Contrariamente a lo que he leído en diversas listas de la red y en el facebook, no considero que la opción PPK sea preferible a la de Keiko. Es más, la opción de Pedro Pablo me resulta más sobrecogedora que la de Keiko, pues si bien el candidato de Alianza por el Gran Cambio tiene credenciales de demócrata, su paso por el gobierno dejo mucho que desear.

Como ministro (de Belaunde y Toledo) PPK demostró ser todo un robot. En su desempeño ministerial el candidato de AGC demostró ser tan insensible, que todo indica que para él, las nociones de ser humano, persona o población son meras abstracciones, al mismo nivel que las ecuaciones económicas.

Por lo tanto, considero que un gobierno de alguien que no piensa en la condición humana, sino en frías e insensibles políticas económicas, sería muy perjudicial para el Perú.

Si recordar es vivir, cuando PPK ocupaba el cargo de asesor económico del primer gobierno de Fernando Belaunde (1962 - 1968), el Perú vivió una oleada de levantamientos guerrilleros (el del MIR [Movimiento de Izquierda Revolucionaria] y el del ELN [Ejercito de Liberación Nacional]), que si bien no llegaron a los extremos de Sendero Luminoso y el MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), si hicieron evidente que la situación del país era critica.

El golpe de estado de Velasco (1968), de sino izquierdista, acabó por conjurar dichos levantamientos, pero ante el fracaso de su gobierno (que terminó con el golpe de estado de Morales Bermúdez [1975]), la crisis social y económica perduró hasta el final del docenio militar (1968 - 1980). Tal crisis fue caldo de cultivo para el surgimiento de nuevos levantamientos armados (Sendero Luminoso y MRTA).

Un posible gobierno de PPK seria frio e insensible con la situación que vive el Perú, pues mantendría, a raja tabla, el modelo económico neoliberal sin mayores cambios, cuando, a todas luces, este modelo político y económico no está funcionando y por eso la población vota mayoritariamente por candidaturas (Ollanta/Keiko) que les representan posibilidades de cambio (si son necesarios cambios políticos y económicos importantes, ya que el modelo actual no es liberalismo ni político ni económico, si no puro capitalismo salvaje)

Indudablemente las políticas neoliberales de PPK mantendrían y aumentarían los conflictos internos, que ya abundan al interior del país (el más saltante de ellos en estos momentos es el de Islay por el proyecto de Tía María).

De ahí que coincido con lo dicho por el periodista César Hildebrandt, quien sostiene que un posible gobierno de PPK generaría “una inmensa tensión social”, pues PPK no tiene “ninguna posibilidad de entender el Perú”, de “entender sus diferencias”, “sus necesidades”  (usando el recurso de la provocación, Hildebrandt llegó a poner un titular en el diario que dirige, donde se decía que si queríamos que Sendero regrese, votáramos por PPK). Hildebrandt ultima sosteniendo que PPK seguiría con el actual modelo neoliberal “a lo bestia”.

Francamente, si Keiko da asco, PPK da pavor. Si la segunda vuelta es entre Ollanta y PPK, la situación será verdaderamente para morirse.

 Ho Amat y León.  


Escrito por

Ho Amat y León Puño.

Historiador de la UNMSM y gay convicto y confeso. Bastante neurótico y medio esquizofrénico. Soy, también, algo ingrato con los amigos, aunque siempre los querré. Confieso ser, hasta cierto punto, posero y faltoso, pero en general sincero y buena gente. En


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