#ElPerúQueQueremos

ABORTO.

Publicado: 2009-10-19

 

En estos días uno de los temas que más escozores y ronchas está provocando, es el de la despenalización del aborto terapéutico.

Empecemos por llamar las cosas por su nombre. Muchos grupos de derechos humanos (principalmente feministas) hablan del “derecho a decidir” de las mujeres, eufemismo pudibundo inventado para no herir susceptibilidades con la frase más directa y chocante: “derecho a practicarse un aborto”.

Porque en el fondo, de eso se trata, de que las mujeres puedan abortar (y como todo derecho, se ejerce o no).

Pero aquí no se trata del aborto sin una debida observación médica y legal (en este caso, se han observado una serie de principios y derechos recogidos en nuestra legislación y en tratados internacionales suscritos por nuestro país), se trata de una cuestión bastante específica, se trata del aborto limitado a embarazos resultantes de la violación, a casos de malformaciones congénitas graves (consideradas por la ciencia médica como incompatibles con la vida) y a casos de inseminación artificial no consentida.

Sin embargo, diversas iglesias cristianas y los grupos conservadores y fundamentalistas buscan confundir a la población en general y a la opinión pública en particular, hablando del aborto indiscriminado de embriones y fetos, equiparando el asesinato con la terapéutica o la eugenesia y desconociendo la existencia de altos índices de abortos clandestinos.

 

 

Para sustentar su posición, aquellas iglesias cristianas y los grupos conservadores y fundamentalistas no se basan en serios estudios médicos de reconocimiento nacional e internacional, sino en creencias religiosas sin sustento científico.

Así, se repite, hasta las nauseas, de que la vida empieza con la concepción, es decir, con la unión del óvulo con el espermatozoide, cuando la medicina afirma, desde hace mucho tiempo, que el embarazo empieza con la anidación del ovulo fecundado en el útero. Esta consideración obedece a un hecho muy sencillo, la mayoría de los óvulos fecundados no llegan a anidar y son evacuados del cuerpo con la menstruación (se estima que entre el 50 y el 75% de los embarazos terminan por aborto espontáneo en las primeras semanas).

Por lo tanto, evitar que el ovulo anide en la pared uterina y llegue a formar placenta (aproximadamente a partir de la segunda semana transcurrida después de la fecundación), no es propiamente un aborto.

Bajo esta premisa, los tratamientos de contracepción (como el de la píldora del día siguiente) para evitar el embarazo, no son abortos propiamente dichos, aunque algunas iglesias cristianas traten de hacerlos pasar como tales.

Otra falacia de estas iglesias cristianas y de los grupos conservadores y fundamentalistas es que el intento de despenalización del aborto, apunta a  justificar la eliminación de ciertas criaturas por nacer, como las enfermas o las discapacitadas, lo cual no es cierto por donde se le mire.

Cuando se habla del aborto en casos de malformaciones congénitas graves, se trata de casos en los que la viabilidad de la criatura es completamente nula. Esto quiere decir, que no se trata de casos de discapacidad, como las personas con síndrome de Down o con ausencia de extremidades, sino de casos en los que el producto del embarazo es inerte y su desarrollo no es vegetativo, sino parasitario. En estos casos, no existen posibilidades de sobrevivencia tras su nacimiento (el caso más reciente y conocido fue el del feto anencefálico, cuya madre adolescente, conocida en la prensa como "Señorita D", fue forzada a llevar a término su embarazo).

Más aún, aquellas iglesias cristianas y los grupos conservadores y fundamentalistas insisten con sus campañas de desinformación, mezclando situaciones como las anteriores con casos de aborto terapéutico. Estos grupos antiderechos sostienen, que aquellas personas que buscan que se implemente el aborto terapéutico, buscan imponer una jerarquización entre la vida de la madre y la de su criatura, algo que nadie está haciendo.

Cabe anotar que el aborto terapéutico, es la única forma de interrupción del embarazo permitida en el Perú y que es legal desde 1924, año en que fue incorporado en el Código Penal.

El aborto terapéutico se refiere a casos, en los que la mujer embarazada corre un peligro inminente, ya sea por que el feto inviable pone en riesgo su vida o porque la situación médica es tal, que si se esperara a que la criatura fuera viable, morirían tanto la madre como ella, pues antes de que llegara el momento de la viabilidad, se produciría la deceso de ambas. En estos casos, el médico no tiene ninguna alternativa para salvar a los dos.

 

 

Otra muestra del desinterés por informar debidamente a la opinión pública y a la población en general, es la referida a la cifra de abortos clandestinos en el Perú, que se estiman en 400,000 al año (es decir, más de mil abortos diarios en todo el Perú). Aquellas iglesias cristianas y los grupos conservadores y fundamentalistas niegan esta cifra, que es el resultado de diversos estudios de investigadores independientes (como la antropóloga Delicia Ferrando), organizaciones de DD.HH. (como Flora Tristán y Manuela Ramos) o  entidades trasnacionales (como Pathfinder International).

Arbitrariamente, estos grupos antiderechos no solo no ofrecen estudios que contradigan estas cifras, sino que, peor aún, se niegan a reconocer que en el Perú, los abortos clandestinos son una realidad, que pone en peligro la vida de miles y miles de mujeres peruanas (al respecto, el aborto clandestino es una importante causal de muerte de mujeres embarazadas en el Perú).

Frente a esta situación, es deber de toda y todo ciudadano, censurar esta artera campaña de desinformación, dirigida por grupos antiderechos conformados por cristianos, conservadores y fundamentalistas.

El aborto en los casos de violación, de malformaciones congénitas graves y de inseminación artificial no consentida, no es un mero capricho de algunas y algunos politiqueros, es un derecho reconocido a nivel internacional. La despenalización del aborto en el Perú, en estos casos específicos, solo busca poner a nuestro país a tono con la legislación internacional (siguiendo las recomendaciones de importantes instancias internacionales, como el Comité de Derechos Humanos, el Comité contra la Tortura, el Comité contra la Discriminación hacia la Mujer, la Convención de los derechos del Niño, etc.) algo que desconocen los grupos antiderechos afincados en el Perú. 

 

Ho Amat y León.

 

P.D. Este martes 20 de octubre, a las 11.00 a.m., únete al plantón que se realizara frente al congreso, por el derecho de las mujeres “a decidir”.

 

Imágenes.

1. Composición tomada de: desvelados.wordpress.com

2. Imagen tomada de: jumastorga.wordpress.com


Escrito por

Ho Amat y León Puño.

Historiador de la UNMSM y gay convicto y confeso. Bastante neurótico y medio esquizofrénico. Soy, también, algo ingrato con los amigos, aunque siempre los querré. Confieso ser, hasta cierto punto, posero y faltoso, pero en general sincero y buena gente. En


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