TRIBUNAL AL BANQUILLO.
¿Qué está pasando con el Tribunal Constitucional?
Verdaderamente es inexplicable que el máximo ente nacional, en lo que se refiere a garantizar el respeto a la constitución del país, se dedique a lanzar sentencias sobre cuestiones que no le competen, contraviniendo el orden jurídico de la nación.
Primero fue el asunto de la píldora del día siguiente. Al respecto, el tribunal constitucional, en una sentencia rayana en la esquizofrenia, se inmiscuía en las políticas de salubridad del gobierno y proscribía el reparto, por parte del ministerio de salud, de una píldora anticonceptiva.
La sentencia del tribunal constitucional, sin mayor sustento científico, concluía que dicha píldora era abortiva y que por ello, colisionaba con la constitución (que a la letra dice que la vida empieza con la concepción). Sin embargo, aun siendo, supuestamente, esa pastilla abortiva, no se prohibía su comercialización en establecimientos privados. En otras palabras, solamente quien tiene plata para comprar en la farmacia su pastilla abortiva, puede hacerlo, es decir, la pastilla no es abortiva para quien tiene plata.
Segundamente llegó el asunto de los aranceles al cemento. En cualquier país del mundo, con estados “democrático liberales”, los desacuerdos en las políticas tributarias (como las arancelarais), son dirimidas entre el parlamento y el ejecutivo (bajo el esquema de la separación de poderes), pues, jurídicamente, ellas son las instancias encargadas de esas cuestiones.
Sin embargo, tan solo porque una empresa vio lesionados sus intereses, el tribunal constitucional ahora asume la potestad de dictaminar, que productos deben tener aranceles y cuáles no.
Verdaderamente esto es de Ripley.
El Tribunal Constitucional no puede intervenir tan arbitrariamente en políticas de estado y menos aún en cuestiones que no le competen. En este caso, ni las políticas de salubridad, ni las políticas tributarias le competen al TC.
Si lo sigue haciendo, sienta malos precedentes y pone en serio riesgo el orden jurídico de nuestro país.
Ho Amat y León.