Tengo muchas amistades que aman el futbol (a mí me gusta, pero no me apasiona). A algunas y algunos les he escuchado la frasecita de que su equipo es más que una pasión, es un sentimiento. Más dadas las actuales circunstancias, no sé si expresarse así siga siendo pertinente.

La situación del futbol en nuestro país es clamorosa. Pero lo que verdaderamente me indigna es el trato que los “clubes” dan a sus jugadores.

No es posible que algunos “clubes” maltraten y vejen a los jugadores de la manera en que lo están haciendo (tal trato es verdaderamente vil e inhumano). Por ejemplo, el hecho de que se les adeude sus sueldos (hay un “club” que adeuda los sueldos de dos años) y aun así, se obliga a los futbolistas a seguir jugando, bajo la manida y torva noción de que hay que tenerle amor a la camiseta (Alianza y U son los equipos que más adeudan a su jugadores).

La situación es tan alarmante que no creo que haya en nuestro país, una sola empresa privada que les dispense a sus trabajadores un trato semejante.

Para cualquier persona que se precie de tener un mínimo de conciencia social (cuento a varias de mis amistades), protestar y boicotear contra aquellas empresas que maltratan y vejan a sus trabajadores, es más que  justo y necesario.

Por ejemplo, yo deje de comprar en la cadena de almacenes Santa Isabel (que ya salió del mercado peruano), cuando me entere de que obligaban a las señoritas cajeras a usar pañal, para que no abandonen su lugar de trabajo.

Bueno pues, considero que es el momento de hacer lo mismo con los clubes futbolísticos. Nadie que se precie de tener un mínimo de conciencia social, puede seguir sintiéndose parte de estos verdaderos y deplorables centros de explotación (de cuasi esclavitud en pleno siglo XXI).

Si estamos dispuestos a protestar, boicotear y hasta renunciar a cualquier empresa, que abuse y explote a sus trabajadores, no veo cual sería el motivo para no mandar a la mismísima m%&#%da a estos disque “clubes” que explotan inmisericordemente a sus trabajadores (los jugadores).

A estas alturas, seguir clamando que tal o cual equipo es un sentimiento (cuando los trabajadores/jugadores son tratados de manera tan vil e inhumana), se ha convertido, prácticamente, en una forma completamente deleznable de permitir y avalar la inmoral (e ilegal) conducta de los “clubes” futbolísticos de nuestro medio.

Sé que algunas gentes me dirán que hay que separar el equipo de la institución, algo que a todas luces me resulta maniqueo, ya que sería como querer agua sin hidrógeno y oxígeno (sin “club” no hay equipo futbolero y no hay “club” futbolero sin equipo). Claro está que no habría mas nada que decir, si la referencia al sentimiento del que ahora hablen, sea al de repulsión, asco y vergüenza ajena.

Ho Amat y León.