LO QUE EL MHOL NO DICE SOBRE BESOS CONTRA LA HOMOFOBIA.
Verdaderamente me resulta penoso tener que denunciar lo siguiente, pero las circunstancias no me dejan otra salida. Por mucho tiempo guardé silencio, asumiendo que “sacar los trapos sucios fuera de casa” debilitaría al movimiento lésbico, gay, bisexual y trans (LGBT), sin embargo he llegado a la conclusión de que callar nos debilita igual o peor.
La organización MHOL está dañando la lucha de lesbianas, gays, bisexuales y trans, al usurpar la representación del movimiento LGBT. MHOL no representa al movimiento, es solo una organización más. La forma en la que ha venido conduciéndose, desde hace mucho tiempo atrás, no responde, ya, a los intereses y objetivos del movimiento LGBT. De manera totalitaria, MHOL cree y ha asumido, que lo bueno para ellos, es indefectiblemente bueno para el movimiento.
En tal sentido, MHOL solo genera antagonismo y divisiones al interior del colectivo LGBT. Su posición es fundamentalista. “O están con nosotros o están en contra nuestra”. Al más puro estilo estalinista, aquellas personas que discrepamos o rechazamos sus posturas y su accionar, somos acusados y tildados, inmediatamente, de traidores, mezquinos, mentirosos y miserables. Peor aún, varias y varios activistas tenemos que soportar, que se nos acuse de homofóbicos, por el solo hecho de tener una visión diferente sobre nuestra lucha.
MHOL, de manera unilateral e inconsulta, hace lo que quiere y cuando quiere. MHOL abusa del hecho de ser la organización LGBT más antigua de América Latina y la primera del Perú. Así, por años se ha dedicado a lanzar pronunciamientos y notas de prensa ambiguas a nombre del movimiento LGBT, ocasionando que se le vea erróneamente como el portavoz de todas las agrupaciones LGBT del país. Para salirse con la suya, MHOL se aprovecha de la crisis organizacional y de representatividad que afecta al movimiento LGBT.
Y mientras diversas organizaciones LGBT se toman el trabajo de dejar en claro que sus acciones son particulares, MHOL no se da la más mínima molestia de hacer aclaraciones cuando es preciso y necesario. Tampoco se toma el trabajo de articular con las decenas de organizaciones que existen en Lima o con el centenar que hay a lo largo y ancho del país. Solo se decide a trabajar con aquellas organizaciones que no cuestionen su autoritarismo hegemonizante.
El resultado de todo esto ha sido una preocupante confusión ante la opinión pública. Así, para mucha gente, el MHOL es el movimiento LGBT y el movimiento LGBT es el MHOL.
El último ejemplo de su reiterado mal proceder, es, a no dudarlo, la manifestación de “Besos contra la Homofobia”. Dicha manifestación solo ha sido un instrumento, para copar y hegemonizar el movimiento.
Al respecto, MHOL, deliberadamente, evita ser claro y específico, en relación a su real participación en la acción de “Besos contra la Homofobia”, lo que ha terminado redundando en su beneficio. Así, en diversos artículos publicados en prensa escrita o en blogs de internet, se asume, en general, que la organización de la edición del “Besos contra la Homofobia” del 12 de febrero del 2011, la hizo el MHOL; la golpiza policial, fue a las y los activistas del MHOL y que todas las acciones del MHOL, son, necesariamente, parte de la lucha del movimiento LGBT.
Sépase bien que las primeras ediciones de “Besos contra la Homofobia”, se llevaron a cabo sin el apoyo ni la aprobación del MHOL. Solo cuando “Besos contra la Homofobia” contó con amplia cobertura mediática, a raíz de la golpiza policial, MHOL se apropió de dicha manifestación y la presentó como suya. Las y los verdaderos organizadores de aquella actividad del 2011 fueron los jóvenes de “Generación Lambda” y las y los universitarios del “Bloque Estudiantil LGTBI”. Actualmente cuando se habla de “Besos contra la Homofobia”, ni siquiera se les menciona, pues el protagonismo lo asume, por completo, el MHOL.
Las razones por las que ambas agrupaciones LGBT’s no dicen nada, son bastante claras. “Generación Lambda” está formada por jóvenes que asisten a los talleres del MHOL, pero que llegaron a organizarse autónomamente, para realizar algunas actividades lúdicas y recreativas (Generación Lambda, entonces, solo tiene, por espacio de articulación, el taller del MHOL). Por su parte, el “Bloque Estudiantil LGTBI” tenía entre sus líderes a varias mujeres integrantes del MHOL.
Sobre lo ocurrido el 12 de febrero del 2011, debe quedar claro que no hay organización LGBT alguna, que justifique la golpiza que le dio la policía a las y los jóvenes activistas lesbianas y gays, que se besaron en la plaza Mayor (aunque alguna gente del MHOL sugiera y/o diga lo contrario). El hecho de que muchas y muchos activistas LGBT’s hagamos cuestionamientos al MHOL en relación a “Besos contra la Homofobia”, obedece a que no estamos de acuerdo con el afán de dicha organización, por asentarse, una vez más, como el representante de todo el movimiento y menos aún, a costa de las vejaciones que sufrieron nuestras y nuestros compañeros. Por ello, tampoco estamos de acuerdo con su intención impositiva de querer instaurar una fecha de conmemoración de la golpiza (que se hallaría bajo la advocación de la “Dignidad LGBT”). Ante las discrepancias, MHOL se ha rehusado reiteradamente a entablar conversaciones sobre el tema y, para peor, siempre cortan cualquier intento de dialogo, espetándonos su decisión de actuar (realizar su manifestación) sin importarle lo que opinemos las y los demás.
Lo que realmente ocurrió ese día de verano fue un verdadero desastre: las y los activistas asistentes a la plaza Mayor, el 12 de febrero del 2012, fueron, en su gran mayoría, jóvenes (de reciente mayoría de edad algunos y recientes veinteañeros otros). Con ellas y ellos se hallaban un puñado de “dirigentes” activistas. Cuando empezó la golpiza, la gente que se puso primero a buen recaudo, fue la “dirigencia” activista (dos de ellos, veteranos en la lucha, eran dirigentes del MHOL, Tito Bracamonte y Jorge Chávez, quienes no movieron un solo dedo para proteger a las y los jóvenes activistas o evitarles la golpiza).
Lamentablemente el asunto no termina allí, pasada la golpiza, la mayoría de las y los jóvenes activistas, que recibieron la paliza policiaca, no reacciono. En un principio nadie se animaba a sentar una denuncia. Tuvo que llegar una veterana activista del MHOL, Ruth Ramos, para que algunas personas, a sus invocaciones, se decidieran a realizar la denuncia respectiva. Es decir, la mayoría de las y los activistas golpeados, aceptaron el maltrato y la violencia sin chistar. De nada sirvió la convicción de la militancia LGBT, de que como activistas debemos dar el ejemplo y denunciar la violación y el atropello de nuestros derechos. Al final, solo cuatro mujeres lesbianas (ningún varón gay) hicieron denuncias, solo ellas demostraron, ese día, tener dignidad.
Para todas las organizaciones y activistas que sabemos lo que realmente ocurrió ese día, nos es imposible aceptar que “Besos contra la Homofobia” sea considerado un hito del movimiento LGBT (tal como quiere el MHOL) y menos aún como un “Día de la Dignidad LGBT” (tal como ellos han resuelto), porque esto, sin lugar a dudas, significaría tergiversar la historia (aceptar semejante cosa sería como validar y legitimar una farsa). MHOL, que es plenamente conciente de todo esto, oculta deliberadamente la verdad y tergiversa los hechos, solo para poder posicionarse como la vanguardia heroica de la lucha LGBT peruana.
Aun con todo esto, lo peor es que MHOL ha dejado en claro, que, fuera de sus predios, nada les importa, ni la población, ni la lucha LGBT. Ello queda evidenciado en la forma en que se planea y organiza “Besos contra la Homofobia”. MHOL no toma precauciones ni medidas, para proteger a la gente que asista la manifestación. MHOL incita y exacerba los ánimos, a la espera de que suceda algo que pueda explotar.
MHOL, a sabiendas, comete negligencia, pues no toma precaución alguna para salvaguardar la integridad y la vida, de aquellas personas que asistan a su manifestación. Trazando una comparación con la “Marcha del Orgullo”, las y los organizadores de este último evento, ante la homofobia y transfobia social, realizan algunas gestiones básicas y necesarias ante las autoridades, entre otras cosas, para proteger a la gente que asiste a la parada LGBT.
Contrariamente MHOL se empecina en su posición. Ni a pedir garantías accede (aun cuando estas son un derecho constitucional). MHOL, concientemente, expone a la gente a una posible tragedia. Si acaso esperan un hecho luctuoso, una o un mártir para su causa (un Matthew Shepard o un Daniel Zamudio peruano), a quien puedan explotar a sus anchas.
Esto es lo que promueve el MHOL, esto es su mentada “Dignidad LGBT”.
Ho Amat y León Puño, activista gay, D.N.I. n° 07625880.
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